Tarata

martes, 17 de diciembre de 2019

Pastor corrupto transfiere terrenos de Iglesia Evangélica a nombre de su empresa


Sin consultar con su iglesia, Alberto Santana Leiva dispuso del 11% del inmueble como “pago” por supuestas deudas. Así se hizo dueño de una librería y un restaurante, fuentes de ingreso para el pastor Santana y toda su familia.

En la cuadra seis de la avenida Gerardo Unger, en el distrito de Independencia, se ubica un templo cristiano, una librería, un restaurante y un colegio. Todos forman parte de un solo inmueble que, según lo que pensaban los fieles de El Aposento Alto, pertenecía íntegramente a la iglesia a la que dieron esfuerzo, trabajo y dinero por años.

Documentos de Registros Públicos revelan que hace casi 10 años una parte de esa propiedad (alrededor de 11%) fue entregada por el pastor Alberto Santana, presidente del consejo directivo de la iglesia, a su propia empresa: Corporación Jedidias. Sus seguidores desconocían la transacción.




¿Compraventa o regalo?

En 2010, la empresa de Santana adquirió 7.07% del inmueble ubicado en la cuadra 6 de la avenida Gerardo Unger. Un espacio equivalente a 213.06 m² que, de acuerdo con la minuta de compraventa, fue valorizado en 39 mil 159 dólares (130 mil soles, aproximadamente al cambio de hoy) y “constituirá lo que se denominará área de librería”.

Pero Corporación Jedidias no desembolsó dicho monto para convertirse en propietaria.

“La vendedora declara que la compradora ha cancelado en su totalidad mediante la edificación del techo de un área de 2,432.54 metros cuadrados, de propiedad de la vendedora”, se lee en el documento.

Es decir, que la empresa de Santana, en el papel, saldó el pago por el área de la librería a cambio de la construcción de un techo para la iglesia El Aposento Alto. Algo que los fieles de la iglesia niegan. Ellos aseguran que entregaron donaciones para esa obra.

Amed Valentín Susaníbar, miembro de El Aposento Alto desde 1996, fue pastor en esta iglesia por cerca de 13 años. Renunció en 2018, cuando se enteró de las irregularidades en la administración de Alberto Santana Leiva.

“Después de haber trabajado tantos años en la iglesia, haciendo actividades cada semana para poder llegar a cancelar el terreno, nos enteramos que parte del terreno de Independencia le pertenece a él”, explica Amed Valentín. “Sin ningún tipo de asamblea general, sin ningún comunicado a todo el pueblo, él se hizo propietario”.

No fue la única vez que el pastor Santana contrató consigo mismo. Como reveló Wayka anteriormente, Corporación Jedidias le vendió a la iglesia un terreno en Carabayllo por un precio 8 veces más elevado que el precio original de compra. Ese negocio, que solo beneficiaba a la empresa de Santana, tampoco fue de conocimiento de los fieles en su momento.

Entonces, la abogada penalista Liliana Calderón explicó que siendo Alberto Santana Leiva el presidente del consejo de administración de la iglesia, el utilizar los bienes de la iglesia en perjuicio de esta podría calificar como un caso de administración fraudulenta.



A espaldas de los devotos

Dina Castillo Rondinel es una de las fieles más antiguas de El Aposento Alto, donde trabajó junto a Alberto Santana desde 1986, cuando aún no ocupaban el inmueble en Independencia. Ella recuerda las actividades que hicieron para poder pagar, primero por el terreno, y luego, por la construcción del techo en la iglesia.

“Para el techo, todo eso, nosotros hicimos actividades, ofrendas y muchas cosas más que nos pedía Alberto Santana”, indica Dina Castillo: “Incluso daban como ofrendas artefactos, cada miembro. Algunos traían televisores, otros traían equipos, diferentes clases de artefactos para hacer una subasta”.

Jesús Leiva, quien se unió a El Aposento Alto en 2001, recuerda que en esa época ya habían empezado a techar el inmueble. “Entonces las hermanas me dicen que sí han dado donaciones para el techo, en 1998, en 1999. […] Para pagar el terreno también hemos pagado duro”, cuenta Leiva.

A diferencia del abono de los llamados “gigantes” -sumas que los feligreses entregaron con la promesa de ser dueños del estadio Alianza Lima-, las ofrendas para la construcción del techo no están registradas en un comprobante o recibo.

Entre los distintos tipos de donaciones que entregaban, los exfieles de El Aposento Alto no saben definir la suma exacta que desembolsaron para esa obra, valorizada por Alberto Santana en más de 39 mil dólares.



Los feligreses son los que pagan

Con una estrategia similar a la de la librería, en 2011 el pastor Santana entregó a su empresa 4.66% del inmueble de El Aposento Alto. La minuta de “dación en pago” indica que la iglesia debía 120 mil soles a Corporación Jedidias por la compra de maquinaria y equipos.

Así, de acuerdo con el documento, la iglesia le entregaba a la empresa de Santana un área de 140.28 m² como pago por esa deuda. Por la descripción que se hace del espacio, se entiende que se trata del ahora restaurante El Palacio del Rey Salomón.

Marlene Vega, quien tenía el cargo de copastora en El Aposento Alto, recuerda que antes ahí se encontraba el cafetín de la iglesia. Los fieles utilizaban ese espacio para preparar y vender comida, como parte de las actividades que se hacían para juntar dinero y cumplir las metas económicas que el pastor Alberto Santana imponía.

“Pero de un momento a otro era el Rey Salomón, que sus hijas [del pastor Santana] ya lo habían hecho un lujo hacia dentro. Y el menú bueno fuera que esté 6 soles porque es iglesia, pero estaba 10 soles. Y teníamos que comer ahí, porque antes nos íbamos al Mercado Central pero decían ‘No, ¿cómo van a colaborar a un inconverso?’”, cuenta Marlene Vega.

Jesús Leiva también rememora que ese espacio funcionaba como un servicio donde trabajaban los domingos en beneficio de la iglesia. “Cuando [Santana] ha visto que había buena entrada, ha puesto ahí un restaurante, ya con fines de lucro”, explica Leiva.

Fuente: Wayka.pe

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Nos importa tu opinión. No te vayas sin comentar.

//