Tarata

martes, 5 de julio de 2016

Murió en un Zoológico de Argentina el Oso Polar ARTURO, el más Triste del Mundo [Vídeo]


La muerte en el Parque Zoológico de Mendoza del oso polar Arturo, el último ejemplar de esta especie que se mantenía en un zoo en Argentina -que en 2014 fue bautizado como ‘el animal más triste del mundo’-, vuelve a poner de actualidad el debate sobre el futuro de los parques con animales y las condiciones de vida que ofrecen a algunas especies.

“Esta tarde [3 de julio] falleció el oso polar Arturo, en el Zoológico de Mendoza. Arturo era un animal de casi 31 años de edad y con un promedio de vida superador a lo habitual de esta especie en un contexto de encierro, puesto que en hábitat natural el promedio de vida se extiende hasta los 20 años y en contexto de encierro logran llegar a los 26 años aproximadamente”.

Con estas palabras el gobierno de Mendoza (Argentina), propietario del Parque Zoológico de esta ciudad, trataba de transmitir la sensación de normalidad en la muerte de uno de los animales, sin mencionar las críticas recibidas durante los últimos años por grupos ecologistas y animalistas en las que se reclamaba que Arturo fuera trasladado a una reserva natural donde pudiera vivir en condiciones más adecuadas para su especie.

El animal nació en 1985 en el zoológico de Colorado, Estados Unidos, y fue trasladado a Argentina en 1993. Pese a haber nacido en cautividad y ser hijo y nieto de animales igualmente nacidos en parques zoológicos, Arturo había sido utilizado durante los últimos años por diversas organizaciones y campañas en contra de los parques zoológicos.

Pese a que las condiciones de vida del animal en Mendoza no eran las más adecuadas -en especial por las dimensiones limitadas de su recinto y las altas temperaturas de la zona-, en 2014 una junta de veterinarios de distintos países determinó que trasladarlo podría poner en riesgo su vida



Situación irreversible

Autoridades de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento territorial observaron que el mamífero “había entrado en un proceso de descompensación y deterioro marcado irreversible”, que había provocado una pérdida total del apetito -y en consecuencia una importante bajada de peso-, una ceguera del ojo derecho y la pérdida del olfato por desgaste del hueso nasal.

La organización ecologista Greenpeace ha denunciado que el ejemplo de Arturo es uno “más” del funcionamiento actual de “la mayoría de los zoológicos” en Argentina, donde afirmaron que se prioriza “la exhibición con fines comerciales y recreativos sobre la conservación y el bienestar animal”.

También remarcó las “pésimas condiciones” en las que vivía el oso Arturo y que se había solicitado su reubicación a un centro de conservación en su ecosistema de origen en 2014. Entonces la cantante y actriz Cher se sumó con un tuit a la campaña lanzada por Greenpeace para trasladar al oso polar a Canadá que decía: “¿No lloras por él Argentina? No hay lágrimas de Cristina Fernández de Kirchner (expresidenta del país) por las torturas al oso polar Arturo. Sus manos estarán manchadas de sangre cuando él muera”.


Revisar el futuro de los parques zoológicos

El caso de Arturo ha vuelto a poner de actualidad la petición de organizaciones como Greenpeace, desde la que se consideran este emblemático animal “obliguará a las autoridades” a revisar la situación de especies exóticas que se encuentran retenidas en un zoo, y recordando su oposición a la “existencia de los zoológicos tal como se los conoce en la actualidad”.

El presidente de la Afada (Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales), Pablo Buompadre,ha declarado a Efe que Arturo fue “un producto más” del “mercantilismo de los zoológicos en Argentina”.

Fuente: LaVanguardia

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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