Tarata

sábado, 11 de junio de 2016

Huaytire en el Proceso de Delimitación Administrativo y Político de Candarave: Geografía, Historia y Derecho


"A propósito de la declaración irresponsable de Martorell en relación al conflicto entre Tacna y Moquegua sobre Huaytire". Escribe el historiador tacneño Abel Fernando Sotelo Calderón. Tomado de su muro en facebook.

"Las comunidades campesinas fueron denominadas hasta los años 60 del siglo XX comunidades indígenas. Historicamente, desde la colonia, se establecieron en la sierra -la región más accidentada del territorio- y en las periferies de las haciendas, ubicadas básicamente en las zonas quechua, suni y puna, como es el caso de Candarave, Huanuara y Huaytire, en donde los gamonales en complicidad con los funcionarios del Estado colonial y republicano los mantuvieron en condición de subordinados y explotados. Todo este proceso de expoliación empieza en el siglo XVI con la invasión española, en la que, parafraseando el título de un libro de la historiadora Karen Spalding, los "runas" pasaron de “indios a campesinos”. El término “indio” es un término que los españoles enrostraron a todos los hombres y mujeres que encontraron en el Perú: quechuas, aymaras, tallanes, huancas, cañaris, moches, etc. La usurpación de tierras desde entonces devino en una constante. Sólo la Reforma Agraria emprendida por Velazco rompió esta asimetría entre hacendados y comunidades indígenas, y el término “indio” es reemplazado por “campesino”. Pero aún así el problema siguió subsistiendo: el Perú formal (los grupos de poder y las transnacionales) siguen imponiendo sus intereses al Perú informal y profundo (el campesinado y los sectores populares).

De ahí que el debate político, entre las autoridades de Tacna y Moquegua, en torno a Huaytire continue. Al extremo que no sólo las poblaciones campesinas de Huanuara, Cairani y Candarave están involucradas, sino que, también, los intelectuales y técnicos de ambas regiones siguen librando una “batalla” académica e intelectual para demostrar la verdadera delimitación administrativa-político de Candarave y, por ende, de Huaytire. Pues, entonces, hay que poner punto final y cerrar científicamente la discusión.

Los fundamentos geográficos, nos explica con meridiana claridad, la definición de cuenca hidrográfica, sus partes y componentes y que junto con la divisoria de aguas, que le es inherente, forman una unidad territorial natural, cultural y dinámica, donde el recurso agua, uno de sus componentes físicos, se constituye en el elemento esencial para la vida en sus más variadas expresiones de flora, fauna y los seres humanos. La cuenca hidrográfica de Locumba, presenta tres zonas claramente delimitadas: 1.- La cuenca alta o cabecera, que está ubicada por encima de los 3,900 m.s.n.m hasta más de los 5,000 m.s.n.m. (Tacalaya, la laguna de Suches, Huaytire) y en donde se concentra la mayor captación de aguas, la misma que si no es debidamente regulada y supervisada puede afectar las otras dos cuencas; 2.- La cuenca media, ubicada entre los 2,400 m.s.n.m. hasta los 3,900 m.s.n.m., siendo una zona semihumeda y templada, en las que se ubican los valles intermedios (Huanuara, Candarave, Cairani); y, 3.- La cuenca baja, entre los 500 y los 2,400 m.s.n.m., que comprende los valles bajos y el litoral. Existe una fuerte interrelación entre las tres zonas. Lo que ocurre en una influye en las otras. Desde los años 50, la transnacional Southern, al igual que sus antepasados Pizarro y Almagro, causan daños ecológicos a los espacios geográficos de los descendientes de Atahualpa e Istaca. Las comunidades campesinas ante la presencia de esa transnacional se han convertido en “extranjeros” en su propio hábitat. Está debidamente documentado y probado que esta empresa viene derivando aguas de la microcuenca de Suches y de los bofedales de Huaytire, hacia Toquepala y Cuajone, cometiéndose un ecocidio en las cuencas media y baja: Cambaya, Higuerane, Cinto y la playa de Ite son pruebas incuestionables de la desolación y muerte que trae la empresa imperialista.

Recurriendo a la geografía política, podemos constatar la ubicación y delimitación de la cuenca de Locumba. Esta cuenca se ubica entre las coordenadas geográficas 70°06´ y 71°05´ de Longitud Oeste y 16°47´ y 17°54’ de Latitud Sur, abarcando políticamente las regiones de Tacna y Moquegua y presentando una forma alargada con relieves accidentados; limitando por el Norte, con la divisoria de las cuencas de los ríos Chilota y Vizcachas; por el Sur, el Océano Pacífico; por el Este, la cuenca del Río Sama; y por el Oeste, la cuenca del río Osmore (Moquegua).

En cuanto a la delimitación de la cuenca Locumba en relación con la cuenca Moquegua, podemos remitirnos al ente rector de la cartografía nacional: el Instituto Geográfico Nacional, quienes elaboraron el Atlas del Perú (1989) y la Carta Nacional (1996). Así también, con respecto a la cuenca del río Moquegua, nos ilustran con meridiana claridad la delimitación, tanto de la cuenca baja como de la cabecera de cuenca del río Locumba, teniendo como puntos extremos en la parte alta la divisoria de agua que pasa por las cumbres de Chuquiananta (5,200 m.s.n.m.), Huaytire (5,197 m.s.n.m.) y Larjanco (5,415 m.s.n.m.); y en la parte baja el litoral del distrito de Ite.

Son tres las fuentes que originan los afluentes del río Locumba. La primera se ubica en el nevado Chuquiananta, la misma que, por obra de la Soutern en complicidad con los gobiernos de turno, desde Manuel A. Odría hasta Alan García, han permitido la disminución de agua de esta fuente, afectando los cultivos de la zona media y baja de la cuenca de Locumba, siendo el valle de Cinto el ejemplo sintomático que conllevó a que sus agricultores fueran “expulsados” de sus propios cultivos. La violencia es estructural (Estado) y hasta privada (Southern) y tiene larga data y sigue siendo un abuso permanente. Se parece mucho a lo realizado en la invasión del siglo XVI: “los perros de guerra que un encomendero como Melchor Verdugo lanza contra los indios” (Alberto Flores-Galindo).

La segunda fuente se localiza en la zona volcánica formando el río Callazas y la laguna de Suches o Huaytire. Esta laguna, en los años cincuenta y sesenta, con el aval de los gobierno de Manuel A. Odría y Mariano Ignacio Prado, fue clausurada para propio beneficio de la Transnacional Southern, desviando las aguas para Toquepala, afectando los bofedales y los camélidos, asi como la parte media y baja de las cuencas. La tercera fuente, posee dos vertientes: la del nevado de Larjanco y la del río Salado, la misma que ingresa a la laguna de Aricota.

En cuanto a los fundamentos históricos y jurídicos, constatamos que la invasión española del siglo XVI desestructuró violentamente el estado incaico. Es en 1536, en la que las huestes de Diego de Almagro hacen su aparición en el valle denominado Takana (actual Tacna), a su regreso de la frustrada conquista de Chile. Algunos bárbaros españoles deciden quedarse en el valle del río Kaplina que dependía del cacicazgo de Chucuito (actual Puno). Estos godos irrumpen violentamente dentro del proceso autónomo y comunitario de Tacna, imponiendo un modelo de dominación, en la que la cultura andino-aymara deviene en marginal. Emerge una sociedad desigual y clasista. La violencia es el lugar común. Todas las instituciones autóctonas de Tacna, asi como la religión, los mitos, leyendas, etc, fueron duramente perseguidos y destruídos y se impuso con destrucción y muerte, los dioses, mitos, costumbres e instituciones de la cultura invasora, dejando una “sociedad hirviente hasta nuestros días” (Arguedas). Lo hispano adquirió un carácter dominante y lo aymara un carácter marginal. Pedro Pizarro encarna al invasor triunfante; el cacique Istaca y los indios principales Quelopana, Ara y Lanchipa representan a los derrotados. Se abre una brecha no sólo clasista, sino racista: indio es sinónimo de pobre.

Esta invasión violenta llevó al invasor y luego gobernador, Francisco Pizarro, a tener prerrogativas dadas por el monarca español, para “encomendar” indios para su adoctrinamiento, pero en la práctica los explotaban y usurpaban sus tierras y utilizaban la mano de obra de los encomendados para su beneficio particular. Como decía Emilio Choy: “el despojo de las tierras de los indios está vinculado con el proceso de la reducción de los indios en pueblos”. Pizarro otorgó en encomienda las tierras despojadas del valle de Takana y de las zonas aledañas a los españoles encomenderos Hernán Rodríguez, Lucas Martínez Begazo, Pedro Pizarro y Hernando de Torres, quienes recibieron tierras, aguas y hombres, a los que sometieron, explotaron y quitaron sus tierras ancestrales. Las tierras encomendadas eran en Taccana (Tacna), Cotpa (Codpa), Quiaca (Sama), Inchura e Ilabaya. Candarave era parte de Ilabaya y de su cacique Lupistaca, así como Huaytire, por su pertenencia cuencual al río Locumba, pertenecía a Candarave, desde la etapa prehispánica, con su respectivo curaca, quienes divinieron como parte de la administración colonial manteniendo sus privilegios económicos siendo considerados por igual con la nobleza española.

Las encomiendas tenían como objetivo, entre otros, la evangelización de los indios, por lo que se edificó en Candarave una iglesia con sus cura para tal cometido, la misma que oficiaba misa en la estancia de Huaytire. El curato de Ilabaya pertenecía a la jurisdicción del Obispado de Cuzco, a la que también pertenecía la ciudad de Arequipa.

Ante los abusos extremos y la demasía de poder que adquirieron los encomenderos, debido a la lejanía de la corona española, la misma trajo un enfrentamiento y una guerra civil que fue silenciada a sangre y muerte, trayendo como consecuencia la implementación de los corregimientos en reemplazo de las encomiendas, entre 1565 y 1784, siendo nombrado como corregidor de Arica, el 17 de Junio de 1565, Francisco Rodríguez Almeida, con jurisdicción desde Ilo hasta Tarapacá, comprendiendo los pueblos de Ilabaya, Locumba, Sama, Tacna, Arica y Tarapacá. Candarave y su estancia Huaytire, formó parte del curato de Ilabaya, y éste del corregimiento de Arica. Y a partir de 1784, el corregimiento fue reemplazo por el régimen de intendencias. Las intendencias a su vez se subdividieron en subdelegaciones o partidos, esto quiere decir, que el corregimiento de Arica devino en sub-delegación de Arica, que a su vez dependía de la intendencia de Arequipa y del obispado de Arequipa: “los obispados constituyeron el referente territorial directo para la creación de las intendencias”.

Es así entonces que el obispo de Arequipa Manuel Abad, en 1797, decretó los linderos de los curatos de Candarave e Ilabaya. Y es en ese mismo año, 1797-1799, a través de un documento, esto es de un expediente judicial ubicado en el Archivo Regional de Tacna (Fondo Histórico. Notario Daniel Fernández Dávila. Legajo 52. Año 1874), dirigido a la intendencia de Arequipa, que comprendía el Partido de Tacna y a su vez a la doctrina de Candarave, en el que los comuneros de Huanuara que pertenecía al curato de Candarave denunciaron a los hacendados Yáñez y Aldana, por los abusos e invasión de tierras en donde se ubican los bofedales y la laguna de Suches llamada también Huaytire. Aquí se demuestra que la administración de justicia establecida de Arica (sub-delegación) y Arequipa (intendencia), tuvieron competencia en este asunto. La Sub-delegación de Moquegua carecía de competencia.

Durante la República se toma como referencia para la delimitación político-administrativo a las intendencias, en la que se puede inferir que la estancia de Huaytire llamada también Istunchaca estaba plenamente incorporado y era parte de Tacna. Al extremo que la administración eclesiástica, con la Iglesia de Candarave, realizaba trabajos de evangelización y todo lo relacionado al pago del diezmo. El sacerdote de Candarave, en 1828, da cuenta de un fallecimiento: la indígena María Josefa Mamani del anexo de Istunchaca. También el cura de Candarave, tenían padrones de bautizos que registran los nacimientos: “en dicho año de 1873, y día 24 de julio, fue bautizado la criatura nacida en Huaytire de la doctrina de San Juan Bautista de Candarave, llamado Francisco Solano Mamani, hijo legítimo de Feliciano Mamani y Gregoria Mamani Yndígenas de la estancia de Huaytire" (sic).

El Censo Nacional del Perú de 1876, corrobora la demarcación del distrito de Candarave, la misma que en el registro censal, Huaytire aparece como un caserío de 28 habitantes de ambos sexos, formando parte del distrito de Candarave, en la provincia de Tarata del departamento de Tacna. Asi como también en el censo de 1940, aparece el caserío de Huaytire con 23 habitantes como parte del distrito tacneño de Candarave.

En el siglo XX, todas las incertidumbres y controversias jurídicas de carácter civil y penal que ocurrieron en el poblado de Huaytire, se dilucidaron en la provincia de Tarata perteneciente a Tacna, hasta 1880, en que fue invadida esa ciudad como consecuencia de la guerra de rapiña e imperialista emprendida por Chile con el apoyo de Inglaterra, para luego asumir jurisdicción el juzgado de Locumba (Tacna Libre).

Un proceso judicial del año 1910 nos ilustra sobre la pertenencia de Huaytire a las comunidades de Huanuara y Cairani del distrito de Candarave: “El caso de denuncio de terrenos y agua de Huaytire por parte del hacendado Eliodoro Vega”, el mismo que originó la defensa legal de las mismas por parte de las comunidades de Huanuara y Cairani de sus tierras y aguas en la cabecera de Candarave, que comprende los sectores de Huaytire, Vizcachas, Turunturo, etc. Este caso, a la luz de la legislación y de la doctrina de la época y de la legislación actual, es un documento público importantísimo sobre la defensa legal de los terrenos y aguas de la cuenca alta, de las comunidades de Huanuara y Cairani; y puede ser instrumentalizado, ante las disputas y las pretendidas cercenaciones territoriales que las actuales autoridades de Moquegua intentan realizar en desmedro de la Región Tacna, por tener el carácter de Cosa Juzgada, para demostrar que el actual anexo de Huaytire siempre estuvo bajo la jurisdicción de Candarave y éste a su vez del departamento de Tacna. Este proceso que, sorprendentemente en pleno régimen político oligárquico al que Jorge Basadre denominó “La República Aristocrática”, duró aproximadamente ocho meses, y la celeridad procesal se enmarcó dentro de los parámetros normales. Las partes hicieron uso del derecho a la defensa y se respetó el debido proceso. El hacendado Eliodoro Vega no pudo consumar la usurpación de tierras que pertenecían a las comunidades de Huanuara y Cairani. El Juez de Primera Instancia de Locumba Dr. Mariano R. Fajardo, quien socialmente y dentro de la estructura del poder pertenecía a las clases favorecidas, ante las evidencia de los medios probatorios, es decir, de los Títulos de Propiedad que datan de la época colonial y que luego fueron protocolizados por las autoridades judiciales en el siglo XIX, les dio la razón a los comuneros de Huanuara y Cairani. Se impuso la justicia. El representante de los grupos de poder (el hacendado Eliodoro Vega) fue derrotado por los “de abajo” (las comunidades indígenas de Huanuara y Cairani). Asimismo, este proceso judicial nos permite también, a los tacneños y moqueguanos, realizar una inferencia legal (y hasta política y geográfica): el Juez de Locumba -capital de “Tacna Libre” debido a la ocupación de la ciudad de Tacna y Tarata por parte de Chile- tuvo competencia jurisdiccional en los litigios acaecidos en el distrito de Candarave y sus anexos, como es el caso de la zona de Huanuara y Cairani que incluye Huaytire.

Existen muchos expedientes en el Archivo Regional de Tacna, en las que se demuestra a través de compra-ventas y otros procesos judiciales, que Huaytire pertenece a la jurisdicción de Candarave y por ende de Tacna. Esto es: queda claro que son los campesinos y las comunidades de la cuenca quienes siempre reclamaron ser posesionarios ancestrales de la cabecera o Puna.

El 15 de de abril de 1950, la comunidad indígena de Huaytire, a través de sus dirigentes inicia el trámite para su reconocimiento como comunidad campesina, ante el Ministerio de Trabajo y Asunto Indigenas, en la cual argumentan “ser poseedores desde muy antiguo de pastales y vertientes en el anexo de Huaytire del distrito de Candarave y la provincia de Tarata y Departamento de Tacna”; para luego después de muchos contratiempos lograr su inscripción el 19 de noviembre de 1984, ante el Ministerio de Agricultura de la región Tacna.

Queda demostrado, entonces, que la posesión y usufructo de los territorios de la cabecera de cuenca del río Locumba por las comunidades de Huanuara, Cairani y de Huaytire, ancestralmente, desde antes de la llegada de los invasores españoles, en la colonia y en la república hasta la actualidad, siempre perteneció a las comunidades arriba mencionadas, las mismas que se encuentran dentro de la jurisdicción política, administrativa, jurisdiccional, educativa y eclesiástica de Tacna".


¡Huaytire y Suches son de Tacna!

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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