Tarata

miércoles, 10 de junio de 2015

Antonio Zapata: Los Dilemas del Fujimorismo


Hola a todos y todas. Les recomiendo este post. El Historiador Antonio Zapata escribió para el Diario la República el siguiente artículo de opinión en el que analiza las dudas generacionales del fujimorismo. Permanecer en el pasado junto a Alberto Fujimori, o avanzar al futuro sin él.

Los Dilemas del Fujimorismo
Por Antonio Zapata

Se escucha decir que el fujimorismo surgió de una situación única y se cree que carece de antecedentes. Así, se hace difícil vislumbrar su futuro. Para hacerlo, es necesario preguntarse primero por el modelo de Alberto Fujimori.

Sus componentes básicos fueron tres: autoritarismo político, liberalismo económico y populismo a nivel de masas. Era una opción distinta al liberalismo que encarnaba Vargas Llosa en 1990, que no incluía el autoritarismo militarista ni el crudo populismo para entretener a los sectores populares.

Este modelo de tres ejes no es singular a Fujimori, sino que ha sido ampliamente practicado en el siglo XX. Estuvo presente en los gobiernos de Benavides, 1933-1939, y de Odría, 1948-1956. Ambos fueron autoritarios y represivos, al grado que normalmente son definidos como dictaduras. Por su lado, las FFAA fueron determinantes en la orientación conservadora de estos regímenes. Otro rasgo que compartieron fue una política muy dura disfrazada por un ropaje electoral.

Esta política, dictatorial en la práctica aunque de formas democráticas, fue también propia del gobierno de Alberto Fujimori. Asimismo fue suyo el intenso populismo de derecha, puesto que los programas sociales para ganarse al pueblo desorganizado son un rasgo firme de este modelo de gobierno.

Por ejemplo, Benavides creó el seguro social del obrero, construyó barrios obreros y una red de escuelas primarias. Por su parte, Odría creó el seguro social del empleado, construyó las unidades vecinales y una red de colegios muy bien dotados, las famosas Grandes Unidades Escolares. Por su parte, Fujimori también edificó colegios, repartió alimentos y amplió la presencia clientelista del Estado hasta las menores localidades.

Por último, el liberalismo económico. Estos tres gobiernos fueron partidarios del mercado y de la libre inversión del capital extranjero en la economía peruana. Fueron funcionales al poder económico y expresan el triunfo del mercado en el país peruano de la mano del autoritarismo y el dictador providencial. Carecemos de experiencia de gobiernos liberales consecuentes, con una posición unitaria tanto en la esfera económica como en la política.

Por su parte, hasta ahora el modelo populista de derecha no ha producido herederos. Benavides desapareció y la señora María Delgado no consiguió prolongar la vigencia de Odría. En ese sentido, Keiko es una singularidad del Perú actual.

Su dilema ha sido señalado muchas veces. Oscila entre continuidad y cambio. Pretende prolongar el gobierno de su padre, adecuándolo a nuestros días. Además, tiene que limpiarlo de la corrupción y los crímenes de Estado por los que purga prisión Alberto Fujimori.

La decisión que enfrenta Keiko es complicada. Las encuestas la dan como favorita y parte en primer lugar. Pero para superar el 50% debe acercarse al centro y ella misma duda sobre sus recursos para ganar algunos aliados, al menos, entre quienes siempre han estado contra Alberto Fujimori.

¿Se atreverá a romper con el padre? Y en ese caso, ¿tiene suficiente calado para navegar haciendo su propio curso? Por ahora, luce indecisa y últimamente casi no aparece en la escena pública. Parece seguir la estrategia de Castañeda, permaneciendo muda para no despertar anticuerpos y avanzar silenciosamente. Pero la presidencia es un premio mayor y no cae mansamente, es necesario luchar por ella.

Por ello, inevitablemente Keiko ha de salir al debate político y su propuesta ha de incidir en los tres ejes que han caracterizado a Benavides, Odría y Fujimori. Es decir, su mensaje electoral estará basado en rasgos políticos autoritarios, liberales en lo económico y ha de proponer una catarata de programas sociales concebidos para pobres.

Pero se parece demasiado a la vitrina actual y para ganar necesita una conexión emocional con el elector promedio de centro. No parece siquiera abordar el tema y, si no se suelta, le ocurrirá lo mismo que a tantos favoritos en elecciones peruanas: acabará perdiendo.

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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