Durante la II Guerra Mundial, el Vaticano y el Tercer Reich apoyaron el "Estado Independiente de Croacia", fundándose una dictadura fascista bajo el gobierno del genocida Ante Pavelic, y con el apoyo religioso del Arzopisbo católico de Zagreb, Aloysius Stepinac. El resultado fue la masacre religiosa más horripilante que halla enfrentado el Siglo XX.
Alrededor de 500.000 a 800.000 personas, entre serbios, gitanos y judíos, así como oponentes del régimen, fueron asesinados bajo el accionar brutal de la organización terrorista Ustasha, liderada bajo el auspicio de monjes franciscanos, quienes también participaron personalmente en las masacres. Luego de acabado el conflicto bélico que dejó a Europa en ruinas, se llevó a cabo la labor de desmantelamiento de campos de concentración, tratándose de borrar lo sucedido allí, algo que a repercutido hoy en la mayor parte de los centros de educación superior del orbe. Jasenovac, y no Auschwitz, encarnó el peor campo de concentración del conflicto. Es necesario que el mundo sepa lo que la Iglesia Católica ha intentado ocultar, para tratar de evitar desgracias humanas como la acontecida, y que gobiernos democráticos o de cualquier índole, no presten apoyo a regímenes que pueden levantar un accionar similar.
El siguiente documental nos da cuenta de este sangriento genocidio. Dios y los croatas.
Ante Pavelic y Aloysius Stepinac nunca pagaron por sus crímenes, el Vaticano los protegió hasta el final de sus días.
Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
Edmund Burke.
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