Tarata

domingo, 25 de septiembre de 2016

Fallo Pro Explotación Sexual de la Sala Villa Stein pone en Riesgo a las Víctimas


Trata de personas. Fiscalía dice que explotación sexual no es sinónimo de relaciones sexuales, sino el aprovechamiento del cuerpo, de la sexualidad con fines económicos. En el Perú faltan albergues para recuperar a las víctimas de trata.

“Ser dama de compañía no es como refiere la Corte Suprema, solo sentarse y acompañar al cliente a beber, son tocamientos sexuales, las pueden tocar y besar, por eso nosotros estamos en contra de la sentencia de la sala Villa Stein”.

Estas son las palabras de la fiscal provincial Miluska Romero Pacheco, del pequeño pero activo equipo de fiscales dedicados a combatir la trata de personas en Lima. “Para la Corte Suprema ser dama de compañía no es una forma de explotación sexual, pero nosotros consideramos que sí y que es muy peligrosa para un menor de edad”, subraya.

La fiscal define que “explotación sexual no es sinónimo de relaciones sexuales. La explotación sexual puede ser parar a una mujer con prendas diminutas a la entrada de un night club para atraer clientes, que una adolescente haga striptease o desnudismo, no tienen que tocarla para que sea explotación sexual, basta que exploten su cuerpo, su sexualidad”.

Romero advierte que si otros jueces siguen los argumentos de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema habrá problemas en la lucha contra la trata de personas en el Perú. En lo que va del año, informa la fiscal, se han detectado y denunciado 200 casos de trata de personas y en los últimos dos años se han dictado 14 sentencias, que se encuentran en apelación en salas superiores de Lima.

Indefensión

“Esperemos que las salas superiores no sigan ese fallo y anulen nuestras sentencias porque entonces sería una situación muy grave para las víctimas. Nosotros vamos a seguir luchando y rescatando a las víctimas”, indica la fiscal.

Otro de los problemas que puede generar la sentencia de la sala Villa Stein es el síndrome de indefensión, que la víctima se rinda al ver que el Estado no puede hacer nada por ella y no hará nada por castigar al tratante. Las víctimas de trata ya padecen del síndrome de Estocolmo. Al provenir de hogares disfuncionales o entornos de violencia, no aceptan que el tratante las maltrata y lo protegen.

“Una víctima de trata no se reconoce como tal. No vendrá a la fiscalía o la policía a denunciar que son víctimas, como sucede en otros delitos, ya sea porque no puede salir del lugar donde se encuentra o porque, como dije, no se reconoce como víctima”, explica la representante del Ministerio Público.

Mucho por hacer

Anota que este delito no tiene que ver con la pobreza y que se da en Lima, igual que en las provincias más alejadas de la capital del país. “La víctima de trata no es una víctima pobre, es una víctima vulnerable. Una familia rica puede ser disfuncional porque no hay diálogo, no hay amor y, entonces, el tratante le hace creer que va a suplir ese vacío para captarla”, dice Romero.

Si bien la trata de personas más conocida es la que se realiza con fines sexuales, también incluye la explotación laboral –una niña que trabaja en un hogar y no se le permite jugar y estudiar, es un ejemplo–, la venta de niños y la mendicidad.

Además, el Estado no está preparado para recuperar a las víctimas. “No existe un adecuado sistema de asistencia, protección y reinserción de la víctimas. En el Perú no se ha rescatado ninguna víctima de trata. No hay suficientes albergues para niñas, adultos, ni para niños hombres víctimas de trata de personas. Falta mucho por hacer y la sentencia de la sala Villa Stein no ayuda”, concluye la fiscal.

“¿Dónde está el CNM en el caso de la sentencia de la Sala Suprema?”

“¿Dónde está el CNM en el caso de Javier Villa Stein? Lo mínimo que debería hacer el CNM es abrir una investigación por este y otros casos”, preguntó ayer el congresista de Peruanos por el Kambio Alberto de Belaunde.

Agregó que un CNM cuestionado y en crisis permite que tengamos jueces supremos que consideran que el caso de una niña de 14 años que es obligada a trabajar en un nigth club, tomando cerveza, no es uno de explotación infantil. “Y ese juez supremo, Javier Villa Stein, sigue en el Poder Judicial como si nada pasara”, dijo.

En la emisión de esa sentencia también intervinieron los jueces supremos Josué Pariona Pastrana, Duberlí Rodríguez, César Hinostroza  y José Neyra Flores.

En cifras

2.241 casos de trata de personas se han registrado en el país desde el 2009.

50,1% de las víctimas tienen entre 13 y 17 años de edad.

48,9 % de las víctimas fueron captadas a través de ofrecimiento de trabajo: azafata, mesera o cajera.

Fuente: LaRepública


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