Tarata

miércoles, 10 de junio de 2015

El Vestido de Vicuña y las Frívolas Compras de Nadine Heredia


Hola a todos y todas. Les recomiendo este post. Semana Económica publico el siguiente artículo de interés sobre la frivolidad de la primera dama y la extrema inconsecuencia con el discurso que llevo a su marido al poder.

El vestido de vicuña y las compras de las señoras
Por: Carlos Basombrío

La de vicuña, nos enseñaban en el colegio, es la lana más fina del planeta. Tenemos el orgullo que es acá donde se origina. Por ello para un peruano comprar en New York un vestido de vicuña es de una frivolidad  llevada al límite.

No sólo eso compraba Nadine en viajes oficiales. 2 400 dólares gastó la primera dama en Italia en un delicado encaje comprado en   Venecia.  1 200 dólares en camisas inglesas Thomas Pink. 2 mil 300 dólares en artículos de Louis Vuitton en Roma.  3 000 dólares en vestidos del modisto Oscar de la Renta. 1200 dólares en prendas Ermenegildo Zegna también en Nueva York. 5 000 en Florencia, Italia, en joyas en la selecta T- Ristori.

Hasta ahora suman casi US 40 mil las compras de esa naturaleza hechas por la señora Heredia, detectadas por la Unidad de Inteligencia Financiera.

La hacía con la tarjeta adicional que le daba una amiga y la versión oficial es que la primera dama y presidenta del Partido Nacionalista, en realidad se dedicaba a hacer compras por encargo para su amiga; que las cosas no eran para ella.

Una versión que sinceramente no creo. Pero asumamos por un instante que fuese cierta.

¿Puede quien hace campaña contra el tabaquismo aparecer fumando cigarrillos? ¿Puede quien se dedica a campañas contra el SIDA contarnos que tiene sexo con desconocidas sin condón? ¿Puede un defensor del medio ambiente avalar la minería ilegal altamente contaminante?

¿Puede dedicarse a una  vida de lujos y frivolidad quien llegó al poder en nombre de los excluidos de la sociedad?

Puede, lo estamos viendo.

Y el marido, a la sazón Presidente de la República en nombre de los más excluidos de la sociedad, lo comenta de esta manera: “yo no me voy a meter en las compras, porque son compras personales de dos señoras”.

Ese lenguaje, para un caso equivalente, ya hubiera sonado frívolo y trasnochado en el Club Nacional de los años cincuenta, de haber sido usado por el entonces Presidente Manuel Prado.

Es, por decir lo menos,  una conducta muy impropia para personajes públicos del siglo XXI, en un país donde todavía millones de personas viven con menos de US 2 diarios.

Pero, creo que es más que eso y la pista la da la Unidad de Inteligencia Financiera: Aumenta utilización de tarjetas de crédito para lavado de dinero.  Con tarjetas adicionales lavadores buscan burlar controles de la banca. Entidades financieras vigilarán con mayor cuidado transferencias de dinero mayores a US$ 1,000.  (Gestión, 2 de junio del 2015)

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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