Tarata

sábado, 2 de mayo de 2015

Chile: Cobraron US$ 7.5 Millones por Amañar Compra de 202 Tanques Leopard Inservibles


Hola a todos y todas. Les recomiendo este post. Los turbios negocios hipotecarios del hijo de la presidenta Michelle Bachelet han desatado un terremoto político en Chile, país que siempre se jactó de estar por encima de los niveles de corrupción imperante en sus países vecinos.

Sin embargo, como veremos en este especial que publicó en Diario LA RAZÓN, la corrupción en Chile traspasa no solo a los actores políticos, sino que alcanza también a los altos mandos de sus Fuerzas Armadas y que se refleja, en forma abierta y flagrante, en la compra de armamentos para sus Fuerzas Armadas.

Desde antes del año 2000, Chile se embarcó en un ambicioso programa de rearme masivo de sus fuerzas de tierra, mar y aire, y que tuvo como fecha límite el 2010, cuando Chile conmemoraba el bicentenario de su declaratoria de la independencia cuando ésta en realidad se consolidó el 12 de febrero de 1818.

Financiados por la Ley Reservada del Cobre, que les otorgaba un canon especial de diez por ciento de las exportaciones totales de cobre de la estatal Codelco, las Fuerzas Armadas sureñas tuvieron la billetera gorda para equiparse con el argumento de mantener un poder disuasivo frente a sus vecinos, especialmente el Perú.

Si tenemos en cuenta que Chile es el mayor productor y exportador de cobre del mundo, con utilidades promedio al año de más de 30 mil millones de dólares, tendremos una idea del dineral que se puso en manos de sus Fuerzas Armadas para sus “planes de modernización” y que la han convertido, en la actualidad, en la segunda potencia militar de América del Sur, solo por debajo del gigante Brasil.

La estafa de los Leopard I

El rearme chileno estuvo manchado por la negra mano de la corrupción, que se descubre desde que se inició este proceso, con la compra de 202 tanques Leopard 1A, adquiridos a Holanda en 1998.

Por la cantidad y la reconocida calidad de esos carros de combate de fabricación alemana, la compra de los Leopard 1A se justificó en Chile para equilibrar y hasta superar el poderío bélico del Perú y de Argentina, juntos.

Esos tanques, sin embargo, eran de segunda mano y, como se descubrió diez años después, en la compra de esas unidades se pagaron comisiones ilegales a los altos oficiales militares y los funcionarios civiles que participaron en la operación.

Las coimas, como llamamos en Perú a esos pagos, se descubrieron en el 2004, cuando el juez Sergio Muñoz hurgaba sobre el dinero que el ex dictador Augusto Pinochet tenía en cuentas secretas en el exterior.

Las pesquisas del caso quedaron a cargo del juez Manuel Antonio Valderrama, cuyas investigaciones llegaron hasta el general en retiro, Luis Iracabal Lobo, director de la Fábrica de Materiales del Ejército (FAMAE), empresa estatal que suscribió el contrato con la holandesa RDM Holding.

Junto con Iracabal estaba seriamente comprometido el brigadier retirado e ingeniero, Gustavo Latorre. El juez Valderrama procesó a los uniformados por recibir al menos 600 mil dólares cada uno por darle el visto bueno a la compra de los 202 Leopard.

Pero detrás de estos dos altos oficiales estaba el hombre fuerte, Oscar Aitken, nada menos que el albacea de Pinochet y quien creo una empresa ficticia para recibir el pago periódico de las coimas por los tanques hasta el año 2006 y que habría sido de 7 millones 500 mil dólares en total.

Sin protección

El escándalo que se desató en Chile al descubrirse estas coimas creció al coincidir el proceso con el desastre de Antuco, en el que 40 reclutas y un suboficial de un cuerpo de montaña del Ejército se perdieron entre una ventisca en los Andes y murieron congelados.

La indignación contra el Ejército chileno creció al conocerse que los bisoños soldados de 18 años, fueron enviados a un ejercicio entre las nieves de los Andes, en la región Bio Bio al sur de Santiago, sin la ropa ni los equipos adecuados.

Las dramáticas escenas y fotos de los reclutas muertos de frío causaron mayor estupor al conocerse, durante las investigaciones, que durante el temporal fueron abandonados a su suerte por los oficiales, que si salvaron de la muerte.

No funcionan los tanques

Cuando ocurrió la desgracia en Antuco, el 4 de abril del 2005, los altos mandos del Ejército chileno ya no podían ocultar que habían comprado chatarra y habían sido engañados con los Leopard 1A.

Se iniciaron entonces nuevas negociaciones, esta vez directamente con Alemania, para la compra del modelo de tanque Leopard 2A, más avanzado, pero igualmente de segunda mano.

Según la prensa chilena, con la compra de 60 Leopard 2A y 140 carros blindados del tipo Marver se trataba de tapar la inoperatividad de los Leopard 1, que fueron destacados al Regimiento de Acorazados Cazadores, con sede en Iquique, al norte de Santiago y ciudad peruana hasta junio de 1879, cuando fue ocupada por Chile en.

El director de radio Bio Bio y corresponsal de la CNN Chile, Tomás Masciotti Olivieri afirmó por esos años que los Leopard 1A simplemente no funcionaban ninguno.

“Esos tanques que fueron presentados como los que inclinaban la correlación de fuerzas a favor de Chile, simplemente no funcionan, ninguno”, afirmó en un despacho televisado y que hasta ahora se mantiene en el internet.

Las explicaciones que dieron los altos mandos para justificar la inoperatividad de los Leopard fue que sus instrumentos fueron afectados por la “chusca”, ese polvo del desierto que penetra todos los recovecos de casas, aparatos e instrumentos que se encuentren en el área que comprende el desierto de Atacama, el más árido del mundo y que hasta 1879 eran de Bolivia y el Perú.

Sin embargo, según Masciotti, los Leopard 1A se perdieron por falta de mantenimiento y también porque llegaron en muy mal estado, lo que confirmaba que fue una muy mala adquisición, solo posible por la millonaria coima que corrió bajo la mesa.


El choque del Leopard 2

La compra de los 60 Leopard 2 no estuvo exenta de polémica. La prestigiosa revista alemana Der Spiegel denunció que Alemania vendió a Chile esos tanques, que estaban en desuso, a muy bajo precio. Informó que los Leopard 2 salidos de fábrica valen 4 millones de dólares, pero al Ejército chileno se le vendieron a 250 mil cada uno.

Sobre los 146 blindados anfibios, del tipo Marder, adquiridos en el mismo paquete, la revista alemana afirma que pagaron 50 mil euros por cada uno cuando su precio real es de 400 mil.

En el caso de los tanques, los compradores chilenos pagaron un adicional de 112 millones de dólares por la reparación y modernización de los Leopard 2. Este pago adicional fue criticado en Chile por considerarse excesivo, pues en conjunto se pagaba como si se compraran tanques nuevos cuando eran usados.

Poco después de llegar a Chile, y ser destinados al Regimiento Acorazado de Iquique, durante unas maniobras casi se desata una desgracia, al impactar un bus repleto de escolares contra un Leopard 2 en una carretera en las afueras de Iquique.

Según la prensa de Iquique, el Ejército no se preocupó de cerrar o controlar el tráfico por donde iban a transitar los tanques, los que al desplazarse levantaron una enorme polvareda que, además de la camanchaca o niebla del desierto, impidió la visibilidad del chofer del bus, que trasladaba a 57 niños a su colegio.

La habilidad del conductor evitó un impacto frontal y una desgracia mayor, pero la imagen del Leopard 2 impactado por el bus dio la vuelta al mundo y volvió a poner en la picota de la opinión pública la eficiencia de los mandos militares de Chile.

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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