Tarata

jueves, 23 de abril de 2015

La Triste Historia de Corina Lemunao la Mujer Gallina de Lonquimay


Hola a todos y todas. Les recomiendo este post. Corina Inés Lemunao Lemunao nació con claros signos de autismo y asperger, y por ello su familia en Lonquimay la destinó a vivir en un gallinero, hacinada, donde pasó su infancia y gran parte de su juventud, siendo rescatada por las autoridades en 1992.

Del mito a la realidad hay un paso. Las leyendas urbanas suelen amplificarse a través de los años, pero cuando éstas comienzan a tomar forma y vuelven desde el pasado, simplemente, la realidad supera a la ficción.

Corina Inés Lemunao Lemunao nació el 1 de mayo de 1953 en Lonquimay (Chile). Debido a su condición de salud su familia la destinó a vivir en un gallinero, segregada de los otros por el carácter animal que se le atribuyó, ahí pasó su infancia y gran parte de su juventud.  Allí no sólo se acrecentó su problema, sino que también se le atrofió el cuerpo, 



Dicen que Corina Lemunao nació sola, porque nadie sabe de donde vino. Algunos dicen que la encontraron en la calle y que por eso creció así: rara, extraña. Esa extrañeza que nadie adjetiviza porque no existen las palabras para hacerlo. Otros dicen que la habían botado porque era hija de los perros, que su mamá se había metido con unos animales que vivían en su casa y que por eso la niña caminaba en cuatro patas. Dijeron también que Corina era una santa, la hija del diablo, la chonchina, una mongólica, una estúpida y no quería. Dicen que Corina es la mujer gallina porque no habla como la gente, habla como los pájaros. Que se entiende con las gallinas, con los pavos reales y los ruiseñores. Dicen también que Corina canta como los pájaros con los que conversa, que ellos tienen mensajes que darle, porque los pájaros también son santos, porque hablan el lenguaje secreto de Dios. 

Corina Lemunao no podía hablar y caminaba con dificultad. Frente a la imposibilidad de comunicarse, la creación de un lenguaje propio- mezcla del sonido de los pájaros con los que vivía y la naturaleza que la rodeaba- la confinó a la frontera de lo real y lo abyecto.

En 1992, cerca de Temuco, en el sur de Chile, fue encontrada en condiciones infrahumanas Corina Lemunao. Esta mujer había pasado más de 21 años encerrada en un gallinero, en la parte trasera de su patio. Su madre la había dejado ahí porque no sabía como interpretar los signos que su hija, una niña con autismo, le entregaba y fue por esta razón que la dejó viviendo con los pájaros y las gallinas del patio de atrás. Años después, la niña fue encontrada por vecinos, había sido violada dos veces (nacieron dos niños de esos ultrajes dados en adopción) y se comunicaba a través del lenguaje de los pájaros. Había adoptado no solo los códigos de comunicación de las aves, sino que además la fisicalidad y los modos de alimentación. Para el pueblo de Corina este hallazgo fue terrible, nadie podía creer las condiciones en que la mujer se encontraba y cómo había sido posible que pasara tantos años así. La repercusión no solo fue en el entorno más cercano, sino que todo el país conoció su historia. Sin embargo, nunca nadie logró comunicarse con ella en el lenguaje que se expresaba. Todos intentaron domesticarla y enseñarle un registro de habla que le era ajeno, irreconocible y que borraba toda su percepción de realidad. Hasta la navidad pasada del 2011, cuando de un momento a otro, Corina enfermó. Estuvo un par de días en silencio, en el hospital del pueblo y sin decir nada, como era su costumbre, murió. En su funeral no habían más de tres personas, nadie de su familia, el enterrador y dos cuidadores del hogar en que vivía.



Reencuentro con su Hijo

No fue sino hasta el año 2010 cuando internet y las redes sociales permitieron que uno de sus hijos, Sebastián, de 21 años entonces, la ubicara en la Fundación Revoso desde Suecia, país donde se crió tras ser dado en adopción. Norma Carvajal, directora del hogar, señaló que “Sebastián me contactó, quería saber si Corina era su madre y viendo su foto no quedaba ninguna duda de que así era”.

Pronto estuvo en Chile, con un álbum de fotos preparado por su madre adoptiva que lo apoyó en todo el proceso y saldando una deuda con su pasado. Se vieron, el idioma y las dificultades de Corina no fueron impedimento para disfrutar de un momento inolvidable para ambos, emoción que se traspasó a todos quienes de alguna u otra forma estuvieron cerca.

Luego de ese episodio Corina sonreía a diario al ver junto a su velador la foto enmarcada de ella y su hijo. A través de la utilización de Skype, periódicamente se comunicaba con él.



Muerte

A los 58 años y debido a una tuberculosis Corina Lemunao falleció. La salud de Corina comenzó a debilitarse en octubre del 2011, por lo que la directora del Hogar Revoso decidió llevarla al hospital regional, donde quedó internada.

Tiempo después la derivaron a la casa de acogida de Conac, donde permaneció aislada recibiendo tratamiento. Sin embargo, se negaba a tomar la medicina y posteriormente rechazaba la alimentación. Un miércoles su salud se agravó y fue llevada nuevamente al hospital, donde murió el jueves 22 de diciembre del 2011 cerca de las 20.00 horas.

Por ahora es todo. Soy el Dr. Azul en Tarata 21...

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